Desde hace varios años la artista nacional Rosario Perriello ha venido experimentando con materiales que le sirvan como medio de interpretación de imágenes, tomando como referencia géneros, temáticas y operaciones pictóricas y remplazando el medio por materiales de desecho. Así, su trabajo ha girado en torno al lenguaje y los significantes, desplazando las lógicas materiales de la pintura con el fin de reflexionar en las relaciones entre imagen y sus modos de representación.
El proyecto que ahora presenta comenzó con la experimentación de materiales que se relacionaran con la comida o a la carencia de ésta. La primera relación proviene de una noticia, la cual informaba que durante el año 2009, para paliar la hambruna en Haití, un grupo de pobladores comenzó a realizar una mezcla de aceite vegetal, sal y barro para producir galletas comestibles, que dejaban secar al sol para luego alimentarse de ellas.
Perriello comenzó a investigar qué otras relaciones había entre lo no-comestible que se convierte en comida: escuchó historias sobre la sopa de piedras, hamburguesas de frazadas y hasta que las modelos consumían papel con jugo de naranja para no engordar.
Siguiendo la relación entre la comida y la imagen artística, la artista llegó a las naturalezas muertas del siglo XVI y XVII, donde encontramos un sinfín de representaciones de escenas de mesas servidas, de desayunos y meriendas. Se interesó, entonces, en crear una tensión entre el barro y lo que las pinturas representaban de manera tan solemne y fastuosa. Investigó escenas barrocas de las pinturas de Adrien van Utrect, también los bodegones clasificados como monochrome banketejs, pensando en que si los objetos eran de barro o greda, podrían ser similares a los que encontramos en aquellas pinturas: platos, panes, limones, higos, copas, frutos. La ausencia de brillo y color proporcionaría una atmósfera alicaída y poco apetitosa a la escena total. Le interesó que el material fuera ése, porque al plantearse el bodegón barroco como modelo, estaría sometido a una representación imposible y difícil.
Rosario se fue planteando distintos materiales posibles de acuerdo a la temática de la pintura. Para aquellos de flores podría utilizar material de repostería, ya que existe toda una ornamentación y estetización de los alimentos, especialmente en la repostería que incluso podría relacionarse con el Rococó por el uso del color.
En este proyecto se plantea complejizar aún más la traducción de las imágenes, ya que no sólo hay un uso alternativo y experimental de los materiales, sino una construcción volumétrica de los objetos a partir de la información bidimensional proporcionada por las pinturas citadas. Este desplazamiento acentúa el carácter escenográfico de los bodegones barrocos y esa teatralidad extrema la tensión con los materiales experimentados: frágiles, de bajo costo y de una manualidad “menor”.
En la exposición se incluyen fotografías construidas con los objetos realizados que forman escenas similares a las que encontramos en las naturalezas muertas. Por ser la fotografía una imagen que se puede manipular en términos visuales, los resultados están más asociados a la publicidad, es decir, imágenes muy limpias, luces y atmósferas controladas que priorizan artificiosamente la precariedad de los elementos dispuestos.
El montaje de la muestra está pensado para introducir al espectador en una gran escena conformada por diferentes secciones. En ella, el trabajo atmosférico teatralizado pretende involucrar al visitante en el escenario de la abundancia.
Rosario Perriello es Licenciada en Bellas Artes de la Universidad Arcis de Santiago. Ha participado en diferentes exposiciones colectivas e individuales entre las que se cuenta: “Solo Mujeres”, Mission Cultural Center for Latino Arts, San Francisco; FAXXI, abril 2015; “Dulce patria”, Espacio Nekoe, 2013; “RIPAC”, exposición en el contexto de la residencia, Centro Cultural de Chile en Buenos Aires, 2013; “Alaprima”, Local de Arte Contemporáneo; “Si yo fuera tú, me agregaría”, Sala Gasco, 2012; “Humedal”, Galería Tajamar, Santiago, 2012; “Súper Glue”, espacio de arte YONO, Santiago, 2011; “Paraíso”, Galería Gabriela Mistral, Santiago, 2009; Museo imaginario, Galería Local 2702, Universidad ARCIS, Santiago, 2007; Escenario, Galería Pancho Fierro, Lima, 2006; Naturaleza muerta para una vitrina pública, Galería h-10, Valparaíso; Mímesis, nuevo realismo, Galería Cecilia Palma; Estudio Abierto, Buenos Aires, 2005; Pinturas para intervenir un modelo, Museo de Arte Contemporáneo, Santiago, 2002; 3+1, Museo de Arte Contemporáneo, Santiago; Figurativa, MAC Valdivia, 2001; y Tapada, Galería Posada del Corregidor, 1998. Obtuvo el primer lugar del concurso Pequeño formato convocado por la Corporación Balmaceda 1215 de Valparaíso. Fondo de las Artes (FONDART) 2002, 2006, 2009, 2010 y 2012. En 2010 fue nominada a la Beca AMA. En 2013 fue seleccionada para realizar la Residencia de investigación y producción de arte contemporáneo RIPAC en Buenos Aires.