En tiempos de la colonia, “las pascuas” eran las festividades religiosas del mundo católico, pero ya entrada La República van extendiéndose a festejos populares y familiares donde se celebraba con villancicos, algunas danzas, juegos y comidas provenientes de una evidente influencia hispánica. La figura del árbol y San Nicolás fueron introducidas inicialmente por los migrantes alemanes que llegaron a Chile a partir de 1860. Desde ese momento fueron cobrando cada vez más fuerza y de ahí proviene la tradición de hacer un regalo.
A fines del siglo XIX, en Santiago, esta gran festividad se trasladó donde actualmente está La Alameda. Allí se levantaban ramadas y tablados, puestos de golosinas, pan y frituras como también los primeros puestos de venta de regalos. Estos consistían principalmente en pequeñas figuritas de cerámica y madera que representaban animalitos, carruajes, figuras religiosas y otras imágenes comunes.
Ya a comienzos de siglo XX se había extendido la costumbre de regalar a los niños algún juguete y existían ya en Chile algunos comercios importantes que traían juguetes importados, pero resultaban muy onerosos. Por ese motivo se hizo común que fueran los mismos padres los que confeccionaran algún juguete para regalar a sus hijos o bien recurrieran a un vendedor de juguetes artesanales.
Si bien hay registro de una incipiente industria local de juguetes desde 1895, no es hasta después de la Primera Guerra Mundial que se aprecia un aumento de pequeñas fábricas. Pero es en 1939 cuando se producen dos relevantes hitos históricos para la industria local de juguetes. El primero es la creación del “Comité de Navidad” que duraría hasta 1973, siendo su ultima celebración en diciembre de 1972. El fin de este Comité consistía en que no quedara ningún niño chileno sin al menos un juguete. El impacto para la industria fue que ahora el Estado demandaba juguetes.
El comienzo de la Segunda Guerra Mundial implicó el desabastecimiento general de juguetes importados, abriendo así un importante e innovador nicho para los industriales chilenos. De ese modo, algunos adaptaron sus tecnologías para producirlos, comenzando una competitiva escalada industrial. Sin embargo, esto llegaría a su fin con los cambios de políticas arancelarias donde se hizo imposible competir con las masivas importaciones, lo que se tradujo en que nuestros juguetes perdieran la identidad vernácula que poseían.
Esta exposición incluye un conjunto de aproximadamente 90 de los juguetes más representativos de la industria chilena cuando ésta era capaz de proveer la demanda local para las festividades navideñas. Con un predominio de materialidades como la hojalata, la madera y el papel, aunque posteriormente se incorporó también el plástico, la pieza más antigua data de 1920 y la más nueva de 1982.
La distribución de piezas sigue una cronología particular reforzada por infografía general y, en algunos casos, la historia íntima de un juguete específico incluso con fotografías junto a su dueño o dueña. Acompañan las piezas algunos documentos y objetos que los contextualizan como cartas, banderines, letreros, carameleros y publicidades, convirtiendo la experiencia en un verdadero paseo por lo que fue la Navidad en Chile hasta mediados del siglo XX.
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Fechas: | 05 AL 25 DE ENERO |
Horario: | Lunes a viernes, 10:00 a 19:00 hrs. |
Lugar: | Plaza Central, Centro de Extensión Alameda |
Entrada: | Liberada |
Convenios: | - |